Ha sido un viaje de cuento de hadas para Tara BABULFATH de Suecia. No solo sumó la primera medalla para el equipo sueco en París, sino que también hizo historia al ganar la primera medalla olímpica de judo para su nación.
Babulfath proviene de una familia de deportistas. Su padre Mohammad, en cuyos brazos saltó tras obtener la medalla de bronce, fue un destacado luchador de grecorromana que compitió por Suecia en los Juegos Olímpicos de 2004. Su madre, Ida Hellstrom, también triunfó en el mundo de la lucha, ganando varias medallas en campeonatos mundiales.
La atleta sueca de -48 kg logró éxitos a nivel cadete y junior, sin dejar de subir al podio durante dos años consecutivos. Desde entonces, ha estado abriéndose paso en el circuito senior, obteniendo un quinto puesto en el Grand Slam de Tokio y, tras un intenso campamento de entrenamiento en París a principios de este año, luchó hasta llegar a la final del Grand Slam de Bakú, donde se consagró victoriosa.
Hace solo dos meses, la joven de 18 años consiguió una medalla de bronce en el Campeonato Mundial senior, apenas ocho meses después de su éxito en el Mundial Cadete. Una trayectoria increíble para cualquier atleta, pero esta es una historia que muchos han seguido de cerca.
Hoy, dominó en su categoría, derrotando a la primera cabeza de serie, Assunta SCUTTO (ITA), en los cuartos de final. En la semifinal, se enfrentó a la japonesa TSUNODA Natsumi, lo que la llevó a competir contra Abiba ABUZHAKYNOVA (KAZ) por la medalla de bronce en -48 kg. Ambas dieron lo mejor de sí, pero Babulfath tuvo la ventaja durante todo el combate y, cuando encontró su oportunidad en ne waza, trabajó incansablemente para asegurar el osaekomi. No necesitó mantener la inmovilización por mucho tiempo, ya que su oponente se rindió.
Primero celebró con su entrenadora, Jane Bridge, y luego buscó a sus amigos y a su familia. Esta ha sido la mejor actuación de su carrera y, dado que aún es tan joven, podemos esperar mucho más de la judoka sueca en el futuro.
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